Un equipo con identidad
07 de septiembre de 2016

La frialdad de los números no permiten ningún tipo de exageración. La Era Heinze comenzó con una eliminación temprana en la Copa Argentina contra un equipo de la Primera C; un partido que le empataron estando 2-0 arriba y un triunfo por la mínima contra Crucero del Norte que pudo haber sido empate en la última jugada por un cabezazo que todavía ni Lanzillota entiende cómo no entró. Eso dicen los números.
Pero los números no hablan de lo otro. De lo que se vivió ese frío lunes de septiembre en La Paternal en la que todos nos fuimos de la cancha un poco con la sensación de que Argentinos, después de mucho tiempo, puede volver a ser Argentinos. Parafraseando el lema de campaña de Rodolfo D´Onofrio antes de asumir en el Millonario (“River vuelve a ser River”), lo más lindo que me dejó el partido contra Crucero del Norte fue ese gustito de que algo bueno está por venir.
¿Prematuro? ¿Exagerado? ¿Necesidad de alegrías? Puede haber un poco de todo eso. Pero confieso que no es la primera vez que me pasa con este equipo de Heinze. Un viernes, hace ya un par de semanas, me levanté temprano, subí al auto y me dije: “Al Bajo”. Jugaba un amistoso Argentinos con Almagro. Terminó 0-0. Yo me fui impresionado.
Hace rato que no sentía orgullo de ver jugar a Argentinos. Hace mucho no me pasaba de identificarme con lo que intentaba hacer, al menos. Y después lo vi con Laferrere, desde adentro de la cancha, parado al lado del DT. Y me gustó. Lo vi jugar con mucha personalidad en Tucumán. Y me fui convenciendo. Lo vi el lunes, contra Crucero, y por primera vez en mucho tiempo salí con una sonrisa de la cancha, pensando felizmente: “Este es mi equipo”.
No sé cómo terminará esta historia de campeonato en versión XL de 46 fechas jugando contra equipos que todavía estoy estudiando porque no tengo claro bien ni de dónde son. La próxima fecha jugamos contra Estudiantes de San Luis, que entrena en Lobos y hace de local en Ezeiza. Inentendible.
Pero lo que me atrevo a decir, sin pecar de exagerado, sino simplemente con la intención de compartir una sensación, que vamos a tener un equipo en la B Nacional que sabrá a lo que juega. Y me gusta lo que intenta hacer. Línea de tres o línea de cuatro, da lo mismo. Presión alta, priorizar salir jugando, hacer ancho el campo, atacar con mucha gente y la pelota siempre por el piso. Esas son las premisas.
Heinze lo hizo. Logró que después de mucho tiempo me vaya de la cancha pensando cuánto falta para el próximo partido porque este equipo me dio ganas de volver a verlo. Por ahora, solamente me animo a decir que pinta bien. Pinta bien.